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Escritura, oralidad e imagen en la tradición (segunda parte)


Mtro. Alberto Rafael León Ramos
albertoleonramos@hotmail.com
Publicado en Tlanestli. 16 enero 2013.

El medio de comunicación en más auge en nuestros días es sin duda la televisión, ella transmite por medio de imágenes muchas ideas aunque a veces estas no correspondan con la realidad, los programas televisivos, las caricaturas, los noticieros, han roto esa relación de la persona con su entorno por el cual conocía la realidad y lo confinan a un mundo centrado en imágenes muchas de las cuales no tienen contenido.
“La televisión puede mentir y falsear la verdad, exactamente igual que cualquier otro instrumento de comunicación”[1]
Los programas que se transmiten por la televisión combinan muchas veces la fantasía con la realidad y la hacen parecer como si esta fuera cierta en la vida real, hacen que cosas tan pueriles se tomen como la panacea e inducen a una creencia actitudinal falsa de primer orden. Es bien sabido de las telenovelas juveniles inculcan un comportamiento muy irreverente, imponen modas estilísticas así como modos de hablar que contemplan no más de cincuenta palabras y numerosas muletillas: palabras comowey, osea, que onda, que pex, ok, cero que ver, no te azotes, etc., son las favoritas en estos tipos de programas más que inculcar algo bueno son un óbice para la conformación de un hombre completo que pueda desarrollar un lenguaje cabal con capacidades naturales optimas para la vida, lo único que logran es acotar la relación que se gesta en la vida.
La televisión es totalmente visual, es decir, enseña y persuade por medio de imágenes. Trata de enseñar conceptos que son abstractos tales como: amor, alegría, miedo, tiranía, violencia, sexo, etc., para ello lo que hace es transmitir alguna imagen relacionada con el concepto con lo cual tratan de persuadir que esta es la mejor forma de explicarlo lo que provoca que se acostumbren a aprender por medio de imágenes y no de conceptos abstractos, lo cual degenera su capacidad para discernir y abstraer.
Esto se ve más patente en los tan concurridos IRC (chats) o en las redes sociales, en estos se ha ido generalizando la escritura de las palabras cortando y quitando ciertas vocales o “abreviando” palabras para ahorrar espacio, ejemplo de ello son:
K tal à por à¿Qué tal? 
Tkm àpor à te quiero mucho,
stan d vkcions à por à están de vacaciones,
ntc à porà no te creas.
Se pueden objetar que los hombres tienen todo el derecho de escribir como les plazca, que este tipo de escritura es una “evolución” del lenguaje, que son juegos del lenguaje y demás razones. Pero estas no son nada convincentes y pienso que esto no se gestó espontáneamente, sino, que a raíz de los medios de comunicación este tipo de escritura incorrecta se ha ido generalizando y llegando a parecer hasta <<normal>>. Esto es de tomar muy en serio.

La televisión es la primera educadora de la casa – por cierto no muy buena- pues en nuestro mundo <<moderno>> no hay hogar que no tenga una televisión, podrá faltar todo lo necesario para vivir pero la televisión se erige como la reina absoluta de la <<educación>> primaria de estos sujetos. Con razón suficiente decía Aristóteles que somos animales que aprendemos por imitación[2]
“Los niños ven y ven la televisión antes de aprender a leer y escribir”[3]
No solo los niños sino también los adultos aquellos homo sapiens en potencia se han convertido gracias a los medios de comunicación , y en especial la televisión –como educadora fatua-, en homo videns; en hombres que sólo se limitan a ver y no a pensar, no desarrollan su capacidad de crítica, objetiva, reflexiva y de abstracción.
Si se es un homo videns se pierde la capacidad de pensar primeramente, también la capacidad crítica y reflexiva sobre cualquier tema presentado en los programas televisivos. Se aprende por medio de imágenes y no de conceptos, la escritura y la oralidad se están olvidando (recordando a Benjamín se han perdido también los narradores, las nuevas generaciones no tienen la capacidad de narrar lo que les sucede o simplemente no saben cómo hacerlo) lo que degenera en estulticia y estragamiento intelectual.
“La televisión produce imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender”[4]
La televisión no se contenta con corromper y envilecer la capacidad por la que “según” se distingue el hombre de las bestias, la inteligencia, sino que llega aún más lejos corrompiendo la oralidad y escritura de los individuos. En los ejemplos antes mencionados se hacía ver como escritura y la oralidad son viciadas por los programas televisivos, es a causa de estos programas que el lenguaje se ha ido empobreciendo llegando a ser ínfimo, insulso y simplón. Además de ser la imagen una nueva forma, pienso, en que la tradición se está transmitiendo.
“podemos deducir que la televisión está produciendo una permutación, una metamorfosis, que revierte en la naturaleza misma del homo sapiens. La televisión no es sólo instrumento de comunicación, es también, a la vez, paideía (proceso de formación del adolescente)”[5]


En este texto se ha venido analizando como se ha entendido la oralidad y la escritura en la tradición. Ahora en este apartado se introdujo lo que G. Sartori llama Homo videns, porque pienso es de importancia.
En nuestra realidad tanto la oralidad como la escritura se están perdiendo, eso lo podemos ver como ya dije en la forma tanto de escribir como hablar de las nuevas generaciones. Se está perdiendo la capacidad de escribir y hablar, lo que tradicionalmente se suponía importante. Se han relegado para darle paso a la imagen, ¿es acaso que estamos cayendo en lo mismo que le fue pasando a la oralidad en contra posición de la escritura? Creo que sí, pero ahora en vez de relegar solamente a la oralidad también la escritura no importa.
La supremacía con que se erige la imagen en nuestros tiempos es escalofriante. El texto de G.Sartori advierte bien este cambio y no habría que dejarlo de lado porque podría abrir un campo teórico fecundo para la reflexión tanto filosófica como literaria.


Sin conclusiones
En el presente texto se hicieron entrar en juego autores y conceptos. Por un lado el detradición, como apunta bien su definición es transmisión de conocimientos. Este puede ser de manera escrita u oral, yo anexe otro más, la imagen, ahora la tradición encuentra otro vehículo de transmisión y ese se da por los mass media. Aunque muchas de las veces el contenido que se transmite no es el óptimo, se tendría que analizar profundamente este suceso. Se cuestiona la forma en que ese medio accede a las personas y les da la información.
Si bien el concepto de tradición por un lado puede ser discriminante porque solo trata de conservar lo que supone es valioso. Por otro es importante para la conformación de las nuevas culturas emergentes. La tradición está ligada con autoridad que muchas de las veces no se puede cuestionar. ¿Pero no es acaso que al cuestionar la misma tradición se está conformando una nueva visión sobre ella misma? ¿Qué sería de la propia tradición sino se cuestionara? ¿Es acaso que tradición solo se puede presentar en oralidad, escritura?¿La imagen es una nueva forma en que la tradición se está presentando y que no se puede cuestionar?








Bibliografía.
· Lienhard, Martín, La irrupción de la escritura en el escenario americano, texto en pdf.
· Ong, Walter, La oralidad del lenguaje, texto en pdf.
· Sartori, Giovanni, “Homo videns; la sociedad teledirigida”, edit. Taurus
· Zumthor, Paul, La performance: oralidad y escritura, texto en pdf.
· Arendt, Hannah, Qué es la autoridad, texto en pdf.

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